El seguimiento de reclamaciones y anomalías consiste en supervisar y tomar las medidas adecuadas en relación con los problemas notificados, las reclamaciones de los clientes o las situaciones anómalas con el objetivo de resolver los problemas y evitar que se repitan.
Es un proceso esencial para garantizar la satisfacción del cliente, la calidad del producto o servicio y la gestión eficaz de los problemas.